El Consejo Administrativo de Defensa Económica
dio luz verde a la operación, pero con dos restricciones. Era el último paso
para dar marcha a un gigante con 10 mil millones de dólares en ventas y 40 mil
empleados.
La futura Latam tendrá dos límites. Deberá cederle a un
competidor horarios y espacios de aterrizaje de vuelos en el aeropuerto de
Guarulhos (Brasil) y la ruta San Pablo-Santiago de Chile. Estas restricciones
ya habían sido impuestas por el organismo antimonopolio de Chile, que también
aprobó la fusión.
Esta exigencia se debe a que, de lo contrario, todas las
frecuencias de esa ruta iban a quedar en una misma empresa. Asimismo, la
empresa naciente deberá optar por un programa de millas (TAM pertenece a Star
Alliance y LAN a OneWorld).
La unión LAN - TAM es parte de un proceso de consolidación
del sector aerocomercial en todo el mundo. Las empresas buscan ahorrar costos
al unir estructuras, al mismo tiempo que suman facturación.
Según el acuerdo firmado en 2010, la familia Amaro
-controladora de TAM- tendrá cerca del 13,5% de Latam. Los Cueto, accionista
mayoritario de LAN, controlará el 24% de la nueva empresa. El capital restante
cotiza en las bolsas de San Pablo, Chile y los EEUU.
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