San Francisco.- La mayor investigación
penal de las autoridades federales sobre el dopaje en el deporte comenzó hace
más de nueve años, cuando un agente de impuestos indagó en la basura del ahora
famoso laboratorio BALCO.
Este viernes, salvo que haya una apelación,
el trabajo del gobierno llegará a su fin, sin tanta resonancia como se esperaba
al comienzo, cuando Barry Bonds, el principal deportista involucrado en la
pesquisa, sea sentenciado por obstrucción de la justicia.
Entre el comienzo y el fin de esta
larga telenovela, el gobierno federal dedicó millones de dólares e incontables
horas de trabajo para lograr que 11 personas fueran halladas culpables. Seis de
ellas, incluida la estrella del atletismo Marion Jones, fueron sentenciadas por
mentir a jurados investigadores, a agentes federales o a la corte.
Cinco hombres, incluido el
entrenador personal de Bonds, Greg Anderson, se declararon culpables de cargos
de distribuir esteroides, a raíz de sus nexos con BALCO.
La investigación en general, y el caso
de Bonds en particular, encendieron un debate sobre si la larga intervención
del gobierno representó la mejor forma de utilizar los recursos públicos.
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