Japón continúa sufriendo el impacto del
devastador tsunami del pasado 11 de marzo, que se cobró más de 25.000 muertos y
desaparecidos y provocó en la central de Fukushima 1 el peor accidente nuclear
desde Chernóbil.
Mientras los técnicos se afanan por
controlar sus fugas radiactivas antes de final de año y unas 80.000 personas
siguen evacuadas de la “zona muerta” de 20 kilómetros alrededor de la planta
atómica, la economía nipona empieza a acusar los efectos de la catástrofe.
Durante el primer
trimestre, el Producto Interior Bruto (PIB) se contrajo un 3,7% con respecto al
mismo periodo del año anterior y un 0,9% sobre los tres últimos meses de 2010.
Unas cifras que, anunciadas hoy por el Gobierno japonés, son muy superiores a
las previsiones manejadas por los expertos, que pronosticaban una caída del
2,3% en la tasa interanual y del 0,5% en la trimestral.
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