MANILA.-
Las autoridades filipinas elevaron a 55 el número de muertos en el terremoto de
6,7 grados en la escala abierta de Richter que afectó el pasado lunes a la isla
de Negros, en la región central del archipiélago.
Los equipos
de rescate aún no han podido recuperar 29 de los cuerpos, sepultados por un
alud en el municipio de Guihulngan, pero tanto el alcalde de la localidad,
Ernesto Reyes, como el Ejército han descartado que sigan con vida.
Según
el último informe del Centro Nacional de Prevención de Desastres, todas las
muertes ocurrieron en la provincia de Negros Oriental y fueron causadas en su
mayoría por desprendimientos de tierra y edificios derribados por el fuerte
temblor.
Los
aludes han sepultado cerca de 90 viviendas en los municipios de Guihulngan y la
Libertad, en la provincia de Negros Oriental, donde las carreteras han sufrido
importantes grietas y ocho puentes han sido dañados.
"El
trabajo de los equipos de rescate es muy difícil, no pueden llevar los camiones
con víveres y además no hay luz ni agua en los pueblos afectados,” declaró el
coronel del Ejército, Francisco Patrimonio.
Las
autoridades prevén que el número oficial de fallecidos aumente a medida que
pasen los días, ya que las dificultades de comunicación ralentizan el recuento.
El temblor inicial de 6,7 grados tuvo lugar a 19 kilómetros de profundidad y 70
kilómetros al norte de Dumaguete, según los datos del Servicio Geológico de
Estados Unidos.
Además,
se confirmó que se han detectado más de 1.200 réplicas desde el primer temblor,
la mayoría muy débiles, aunque la más potente llegó a los 6,2 grados en la
tarde de ayer.
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